"Los disidentes en Cuba tienen lo que merecen"
Roberto Martínez
2004-01-06
La mayoría de la gente en nuestra América, incluyendo a los habitantes del país norteño (Estados Unidos), tiene una concepción errónea de la libertad de expresión.
Uno de los canales más efectivos para emitir opiniones o difundir ideologías es el periodismo (prensa, radio, televisión, y, últimamente, la cibernética).
En EE.UU. estos medios de comunicación masiva son propiedad de mega-corporaciones que controlan la economía, la política y la ideología de ese país. Entre estas corporaciones se destacan las que se dedican a las finanzas, a la explotación de energía, y sobre todo, a la industria militar. En otras palabras, los medios de comunicación están al servicio de los intereses de estas corporaciones y, por consiguiente, en contra de los intereses de los ciudadanos comunes y corrientes (léase trabajadores). Estos medios no publicarán nunca ninguna opinión que vaya en contra de los intereses de sus anunciantes y/o de sus propietarios.
Además, su contenido ideológico va dirigido a perpetuar la sociedad de consumo, el individualismo, el militarismo, el desinterés cívico, entre muchos otros puntos.
El periodista que quiere surgir en los EE.UU. debe someterse a la principal regla del juego: supeditar su pensamiento a la ideología de su empleador. Para muestra un botón: tenemos el caso de Jorge Ramos, de Univisión. Esta cadena forma parte de un conglomerado de inversiones cuyos principales accionistas son cubanos-americanos.
¿A quien, en su sano juicio, se le ocurriría que don Jorge Ramos haría alguna entrevista favorable a algún líder que está contra los intereses de los cubanos-americanos? La sede de Univisión está en Miami. Qué coincidencia! Otro ejemplo: las principales cadenas de TV que han estado cubriendo la invasión y ocupación de Irak son propiedad del complejo industrial-militar-energético al cual pertenecen o ha pertenecido la mayoría de los miembros del actual gobierno (Bush, Cheney, Hollowitz, etc.) ¿A cuál periodista de estas cadenas se le ocurriría publicar las atrocidades que están cometiendo las fuerzas de ocupación contra la población civil (como en el tiempo de Sandino)? Out en primera!
Voy al caso de Cuba. La supervivencia de la revolucion cubana es y ha sido un mal ejemplo para las democracias latinoamericanas y su amo, el Tío Sam, para decir una palabra suave. En Cuba no existen megacorporaciones. Lo que existe es la megavoluntad de un pueblo decidido a defender su soberanía a pesar de las consecuencias que implica el enfrentarse, no sólo a EE.UU. la mayor potencia del planeta sino también al global-imperialismo. ¿Hay necesidad de mencionarlos?: Gran Bretaña, Alemania, Rusia, Francia, China, etc.
El Goliath de ahora no es el mismo Goliath bíblico. El Goliath actual cuenta con ADM (Armas de Destrucción Masiva). Pero sabe que se enfrenta con un David que posee un arma más devastadora: la fortaleza moral de un pueblo que ha defendido su libertad y su soberanía por más de cuatro décadas. Y eso es precisamente lo que quiere Goliath: debilitar moralmente a David a través de diferentes formas: militar (por ejemplo, Bahía de Cochinos); económica ( bloqueo, ataques biológicos); políticos (sanciones de los organismos regionales y mundiales) y, últimamente, el ataque ideológico de los disidentesmercenarios.
¿Qué otro camino le queda al pueblo cubano? ¿Arrollidarse ante el dios esclavo (léase Naciones Unidas), o ante el dios amo? (el globalimperialismo)? ¿O permanecer de pie, con la frente en alto, como un ejemplo para la humanidad? Así como en EE.UU. la libertad de expresión está controlada por las grandes corporaciones, en Cuba los disidentes mercenarios están controlados por las grandes masas populares.
La Prensa, Nicaragua
2004-01-06
La mayoría de la gente en nuestra América, incluyendo a los habitantes del país norteño (Estados Unidos), tiene una concepción errónea de la libertad de expresión.
Uno de los canales más efectivos para emitir opiniones o difundir ideologías es el periodismo (prensa, radio, televisión, y, últimamente, la cibernética).
En EE.UU. estos medios de comunicación masiva son propiedad de mega-corporaciones que controlan la economía, la política y la ideología de ese país. Entre estas corporaciones se destacan las que se dedican a las finanzas, a la explotación de energía, y sobre todo, a la industria militar. En otras palabras, los medios de comunicación están al servicio de los intereses de estas corporaciones y, por consiguiente, en contra de los intereses de los ciudadanos comunes y corrientes (léase trabajadores). Estos medios no publicarán nunca ninguna opinión que vaya en contra de los intereses de sus anunciantes y/o de sus propietarios.
Además, su contenido ideológico va dirigido a perpetuar la sociedad de consumo, el individualismo, el militarismo, el desinterés cívico, entre muchos otros puntos.
El periodista que quiere surgir en los EE.UU. debe someterse a la principal regla del juego: supeditar su pensamiento a la ideología de su empleador. Para muestra un botón: tenemos el caso de Jorge Ramos, de Univisión. Esta cadena forma parte de un conglomerado de inversiones cuyos principales accionistas son cubanos-americanos.
¿A quien, en su sano juicio, se le ocurriría que don Jorge Ramos haría alguna entrevista favorable a algún líder que está contra los intereses de los cubanos-americanos? La sede de Univisión está en Miami. Qué coincidencia! Otro ejemplo: las principales cadenas de TV que han estado cubriendo la invasión y ocupación de Irak son propiedad del complejo industrial-militar-energético al cual pertenecen o ha pertenecido la mayoría de los miembros del actual gobierno (Bush, Cheney, Hollowitz, etc.) ¿A cuál periodista de estas cadenas se le ocurriría publicar las atrocidades que están cometiendo las fuerzas de ocupación contra la población civil (como en el tiempo de Sandino)? Out en primera!
Voy al caso de Cuba. La supervivencia de la revolucion cubana es y ha sido un mal ejemplo para las democracias latinoamericanas y su amo, el Tío Sam, para decir una palabra suave. En Cuba no existen megacorporaciones. Lo que existe es la megavoluntad de un pueblo decidido a defender su soberanía a pesar de las consecuencias que implica el enfrentarse, no sólo a EE.UU. la mayor potencia del planeta sino también al global-imperialismo. ¿Hay necesidad de mencionarlos?: Gran Bretaña, Alemania, Rusia, Francia, China, etc.
El Goliath de ahora no es el mismo Goliath bíblico. El Goliath actual cuenta con ADM (Armas de Destrucción Masiva). Pero sabe que se enfrenta con un David que posee un arma más devastadora: la fortaleza moral de un pueblo que ha defendido su libertad y su soberanía por más de cuatro décadas. Y eso es precisamente lo que quiere Goliath: debilitar moralmente a David a través de diferentes formas: militar (por ejemplo, Bahía de Cochinos); económica ( bloqueo, ataques biológicos); políticos (sanciones de los organismos regionales y mundiales) y, últimamente, el ataque ideológico de los disidentesmercenarios.
¿Qué otro camino le queda al pueblo cubano? ¿Arrollidarse ante el dios esclavo (léase Naciones Unidas), o ante el dios amo? (el globalimperialismo)? ¿O permanecer de pie, con la frente en alto, como un ejemplo para la humanidad? Así como en EE.UU. la libertad de expresión está controlada por las grandes corporaciones, en Cuba los disidentes mercenarios están controlados por las grandes masas populares.
La Prensa, Nicaragua
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